BACCARAT

La socióloga y experta en el sector del lujo, Esperanza Arcos, nos habla, en exclusiva, sobre su visita a Baccarat

El cristal es una de mis pasiones. Para mí es una obra de arte traslúcida, delicada y llena de vida. Todo se puede crear en esta materia hasta los sentimientos se traducen de forma auténtica y con una pureza inigualable en otros materiales.

¿Cómo pasar por alto mi visita privada por una de las más bellas casas de producción de este género, el cristal de Baccarat? Este me acompaña desde mi infancia... Pues “UNE ROSE” de Guerlain, era el perfume de mi abuela Esperanza y estaba envasado en un frasco de Baccarat. Y desde pequeña guardo celosamente y con mucho cariño este presente.

A mi llegada al Museo Baccarat situado en el 11 place des États-Unis, 75116 Paris, Francia, me recibe una réplica de Louise Brooks, Madame Michaela Lerch, curadora y directora del departamento de patrimonio de Baccarat. Explicaciones con todo lujo de detalles, comentarios, anécdotas… Un viaje de una hora descubriendo talentos increíbles de mujeres y hombres artistas. Toda la fascinante historia de Baccarat relatada por una mujer experta y dotada de una elegancia sin igual.

La fábrica de cristal de Baccarat fue fundada en 1816 por Aimé-Gabriel d'Artigues (1773-1848) en lugar de la antigua cristalería de Sainte-Anne. En 1764, el rey Luis XV concedió al obispo de Metz, Louis-Joseph de Montmorency-Laval, el derecho de erigir una fábrica de vidrio en su terreno de Baccarat. Y desde entonces las creaciones vanguardistas y precursoras de esta casa han hecho que la marca Baccarat llegue hasta lo más alto.

“La fábrica de cristal de Baccarat fue fundada en 1816 por Aimé-Gabriel d'Artigues (1773-1848)”

Baccarat es famosa por su colección «Harcourt» creada en 1841. El servicio lleva el nombre de una familia aristocrática normanda y sus piezas de cristal resistente presentan una silueta perfecta de seis facetas que capturan el brillo de la luz apoyadas sobre un pie hexagonal. Hoy en día, es el producto must de la marca Baccarat y además de vender unos 10.000 vasos al año en todo el mundo, adorna las mesas de embajadores, príncipes, reyes y emperadores (se puede encontrar en el palacio del Elíseo, el Vaticano y la Embajada de Francia en los Estados Unidos).

Desde siempre Baccarat ofrece a ciertos artistas la posibilidad de expresar “su mundo” a través de su cristal único... En el momento de mi visita gozaba de esa oportunidad el español, Jaime Hayón.

Con una alegre tribu de seis animales, en edición limitada, Jaime Hayón ofrece en una colaboración con Baccarat su punto de vista libre y personal... Con lo cual nos transmite su visión única de la vida salvaje. ¡Espectacular!

Durante esta visita he viajado por el mundo del arte, de la belleza y de la elegancia... Pero me resulta imposible detallar cada pieza, cada colaboración y cada nuevo descubrimiento... Solo puedo aconsejaros que en vuestra próxima parada por París incluyáis esta visita en vuestra agenda. ¡Os sorprenderá lo importante que es Baccarat y la cantidad de historias con mayúscula que constituyen esta casa!