LA BODA INFINITA
En periodo estival y a fecha 22 de julio de 2023, tuvo celebración el más esperado enlace matrimonial de nuestra cabecera: el habido entre Esperanza Arcos y Pierre Collin. La reconocida socióloga, experta en el sector del lujo, contrajo nupcias con el importante empresario, en la Capilla de las Conchas, de la preciosa Isla de La Toja.
Una imponente alfombra roja cuidadosamente cercada, separaba el Eurostars Gran Hotel La Toja, del propio punto donde tuvo lugar la tan ansiada ceremonia. Si bien es cierto que, muchos de los invitados (llegados desde todas las partes del mundo) se alojaron en el lujoso hotel, la ocupación de éste fue tal, debido al acto, que muchos de los rezagados tuvieron que encontrar hospedaje en las cercanías.
En fotografía, de izquierda a derecha: Puente de La Toja, balneario del Eurostars Gran Hotel La Toja, vista aérea parcial de la Isla de La Toja y habitación del Eurostars Gran Hotel La Toja.
Los convocados al lugar, con premura, se reunían en las instalaciones de la capilla, a cobijo del imperante sol, propio de la estación, el cual, conseguía atemperarse con la propia naturaleza del clima de la zona, dando como resultado, unas condiciones térmicas óptimas para el enlace. El adorable Pierre, extraordinariamente ataviado para la ocasión, era el primero en llegar, a la espera de la gran dama de la velada y compañera de vida. Un sonido de gaitas irrumpía repentinamente en el silencio de la isla, era el anuncio del comienzo del paso de la novia, a través de la alfombra roja, en su recorrido hasta la capilla. Acompañada de un exquisito séquito de gaiteros vestidos con el traje regional gallego, atrajo la atención de multitud de curiosos que se agolpaban tras los cordones de separación, tomando fotografías y vídeos de tan bello acto; toda atención era poca. A paso firme, pero delicado, la socióloga se acercaba cada vez más a su destino, un aura de emoción y dulzura irradiaba de su rostro, impregnando el lugar y a sus asistentes, de una altísima dosis de excitación. ¿Pero quién acompañó al altar a tan delicada mujer? Pues un ángel, como no podía ser de otro modo: Su hermano Benjamín Arcos, una persona extraordinariamente naive, con una pureza de corazón suma.
Tras el bello enlace, y no sin lágrimas de alegría de por medio, continuó el acompañamiento del ya oficial matrimonio, a su celebración, junto a la comitiva musical de gaiteros, dejando un reguero de pétalos de rosas a su paso. Un lujoso cóctel, con vistas al mar, seguido de un imponente banquete, cargado de sorpresas, tradición y bailes, daba paso al emerger de la luna y las estrellas. El baile nupcial avisaba a los asistentes de la continuación de la celebración en otras dependencias.
La celebración siguió y siguió, hasta donde conoce este redactor, todavía con el “déjà vu” de los invitados que prematuramente acudieron un día antes a la isla y a los que, los para entonces novios, obsequiaron con un pre-banquete en catamarán por el propio Océano Atlántico, coincidiendo con el día nacional de Bélgica: Amarillo, rojo y negro, colores que dicho día portó nuestra querida Esperanza Arcos, se transformaban catárticamente, al día siguiente en tonalidades hueso y blancas, (de la mano del diseñador Rafael Dorian) en símbolo de la pureza de alma de esta increíble persona, que se unió en matrimonio con su otra mitad, nuestro gran amigo y mejor persona, Pierre Collin.